HISTORIAS DE CAMBIO

Soy Ronald Palacios, tengo 28 años, nací en el Urabá. Primero en Casa B me hice voluntario de la Cinehuerta, después empecé a crear la escuela de skate, para fortalecer a los pelados y motivar a la comunidad en construir procesos positivos.

Llegar a Casa B fue como cruzar un portal, poder encontrar un grupo de personas con los cuales podía entenderme desde las diferencias, compartir cosas en común y poder crear cosas nuevas desde esa fuerza. Ha sido un proceso de cambio personal, un crecimiento y un aprendizaje continuo. Hoy soy un Ronald con unos ojos más amplios, que logra ver las diferentes facetas del ser humano.

Soy Laura Fonseca, soy estudiante, en Casa B soy todera, soy facilitadora del Boletín Periférico, de Onces de Cine, de diferentes proyectos. Mi sueño es poder crear proyectos, de la misma manera que se hace en Casa B, para poder contar historias, a través de varios medios, especialmente desde los medios audiovisuales y el cine. Espero poder crear es sueño pronto de la mano de Casa B.

Casa B ha cambiado mi vida de muchas maneras, en particular porque me ha ayudado a encaminarme a lo que quiero que sea mi camino. Encontré mi vocación que es la comunicación, la escritura y los medios audiovisuales. Por otro lado me ayudó a abrir mi mente, a conocer gente de otras partes y darme cuenta que los estereotipos no valen nada, que lo que en realidad vale es ser persona.

Soy David, soy venezolano, trabajo como carpintero en el proyecto “fábrica de confianza” de Casa B. He aprendido sobre carpintería y amistad. El proyecto me ha capacitado en los valores, en la amistad y en la profesionalidad.

Desde que llegué al proyecto, aprendo cada día, he cambiado, he aprendido sobre la etica y la originalidad. Viví en la calle unos meses cuando llegué de Venezuela, pero aquí encontré un lugar para trabajar pero también para sentir la amistad. Me siento más agusto en Colombia. Ahora entrego trabajos más pulidos, estoy yendo un paso más adelante de lo que quiero ser.